divendres, 30 de novembre del 2007

Això no és el que s’espera d’un cardenal



Aquí teniu el text del que es va dir en el brindis del dia 24 durant el sopar a l’Ambaixada Espanyola davant la Santa Seu. Són les paraules de la vicepresidenta Maria Teresa Fernández de la Vega i del cardenal Agustín García-Gasco de València.

Vindria a ser com un sopar del dia del casament. El context és de celebració de tres nous cardenals espanyols. Unes hores després del Consistori on el papa va demanar que els cardenals fossin humils y “apòstols de Déu que és Amor i testimonis de l’esperança evangèlica. I després d’una reunió entre la vicepresidenta i el Secretari d’Estat del Vaticà Tarsicio Bertone que va ser presentada com a cordial i positiva i on es va presentar el compromís del Govern de no revisar els Acords Església-Estat. Per tant, el que s’escau és l’agraïment, la celebració i la concòrdia. Doncs bé, en aquest marc un discurs es dedica a ressaltar el que uneix i l’altre el que separa. Un és inclusiu i l’altre excloent. Un havia de ser en nom del govern de tots els espanyols (catòlics i no catòlics) i l’altre havia de ser en nom dels tres cardenals (de tarannàs ben diferents). Doncs, un dels dos no va estar a l’alçada.

Vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega

Eminencia; Eminencias Reverendísimas; Excelencias Reverendísimas; Monseñores; Excelentísimas. Señoras y Señores; Amigos y amigas;

"In necesariis unitas, in dubiis libertas, in ómnibus caritas."

Los tres conceptos de esta reflexión agustiniana, unitas, libertas, y caritas, se hacen verdad esta noche.

En unidad celebramos el honor de que tres ilustres hombres de la Iglesia, el Arzobispo Agustín García-Gasco, el Arzobispo Lluís Martínez Sistach, y el Rector Emérito Urbano Navarrete, hayan sido elevados a la condición de Príncipes de la Iglesia.

Unidad en la alegría que hoy compartimos con millones de españoles católicos, orgullosos por el reconocimiento de los muchos años de labor pastoral, de servicio a la Iglesia, de tarea doctrinal prestados por sus eminencias reverendísimas.

El Gobierno de España, al que me honro en representar, se une a la alegría que sienten en primera persona los fieles valencianos, barceloneses y turolenses, y de la que estoy segura participa el conjunto de la ciudadanía española. Una ciudadanía que ha sabido extraer de la libertad los mimbres con los que tejer y fortalecer una convivencia armónica basada en un profundo respeto.

Respeto y libertad que forman anverso y reverso de la moneda que hemos acuñado, Iglesia y Estado, a lo largo de todos estos años de democracia, y que es expresión de la lealtad entre ambas instituciones. Creo, sinceramente que hemos acertado en unas relaciones que respetan la mutua autonomía y libertad como así lo expresó, otro insigne valenciano, también importante hombre de iglesia, el Cardenal Tarancón, hace ahora precisamente, 32 años.

No podía ser de otro modo porque la Iglesia Católica y el Estado buscan la realización efectiva de valores como la igualdad, la justicia, la dignidad y la paz. Valores todo ellos fundamentales del humanismo que alienta el espíritu democrático.

Eminencias, sé que en toda su tarea pastoral y doctrinal han impulsado estos valores y que ahora, más que nunca, lo van a seguir haciendo en sus nuevas dignidades.

Hoy, para ustedes comienza una nueva etapa -en la continuación de un largo camino- en la que les deseo toda suerte de venturas.
Eminencias Reverendísimas, quiero brindar:

Por el alto honor con que les ha distinguido Su Santidad, Benedicto XVI, por el éxito de su labor y por la prosperidad de todos los españoles.

Y ruego a los presentes que alcen conmigo su copa para brindar por sus eminencias, por España, por el Santo Padre.
Le ruego, Excelencia Reverendísima, que traslade al Santo Padre, el aprecio de España y de su Gobierno.

Cardenal Agustín Garcia-Gasco

Excma. Sra. Vicepresidenta, Excmo. Sr. Embajador; Excmas. e Ilustrísimas autoridades; Queridos hermanos, Sres. Cardenales, Arzobispos y Obispos; Señoras y Señores;

Agradezco en nombre de los nuevos Cardenales esta cena homenaje.

Antes de alzar mi copa por Su Santidad Benedicto XVI y por Su Majestad Juan Carlos I, les ofrezco estas breves palabras:

Europa y España no tienen futuro si los hombres y mujeres de nuestra sociedad cerramos nuestro corazón al amor de Dios. Si no escuchamos su Palabra y la ponemos por obra, perderemos la esperanza y la ilusión para construir un futuro de libertad y justicia para todos.
La paz, la concordia, la justicia y la libertad; el progreso y la civilización del amor son fruto de la cercanía a Dios.

Frente a los que pretenden construir una sociedad al margen de Dios, lejos de su compañía, hemos de confiar en el Señor.
Los hombres y mujeres de nuestro tiempo, las familias, la sociedad entera necesitan más que nunca el mensaje salvador de Jesucristo.

Ese mensaje de salvación es la mejor garantía de nuestra libertad. El Evangelio de Cristo es el gran baluarte para defender la dignidad de la persona humana, frente a las violencias y las injusticias del mundo.

Damos gracias al Santo Padre Benedicto XVI por su elección, por su reconocimiento, por el afecto que nos ha demostrado.

La historia de España quedará siempre unida al nombre, a la figura y al Magisterio del Santo Padre Benedicto XVI.

Alzo mi copa para brindar por Su Santidad Benedicto XVI.
Y por Su Majestad el Rey, Juan Carlos I.

6 comentaris:

Anònim ha dit...

Deu ser el sopar d'aquesta foto. En el que l'unic que portava la purpura era el Cardenal de Barcelona. Renoi, quina patxoca.

http://www.germinansgerminabit.org/images/Cena.jpg

Silveri Garrell ha dit...

Encara que cardenals i De la Vega i societes reunits no s'entenguin en alguns punts concrets, ho trobo normal que un cardenal aixequi la copa fent honors al Govern o al Regne d'Espanya, al fi i al cap estan igual com els polítics dels partits, condemnats a intentar lligar el més possible..

Anònim ha dit...

Indudablemente Wally lo hubiera hecho mejor. Tan insulso y tan sin sustancia que a nadie hubiera molestado... ni contentado.

Jordi Morrós Ribera ha dit...

Sincerament dec estar una mica immunitzat a discursos de cardenals espanyols, però el que es recull aquí de l'excelentíssim senyor Agustín García-Gasco no és pas dels més heavies que hagi sentit.

Quan he llegit primer el comentari d'en Jordi Llisterri em pensava que el senyor cardenal hauria fet algun silogisme d'aquells tan potents de l'estil "catòlic=espanyol", però sincerament crec que es va mantenir dintre del to protocolari d'aquest tipus d'actes, i no acabo d'entendre la sopresa d'en Jordi.

Jordi Morrós Ribera ha dit...

He fet confiança al Jordi Llisterri, he tornat a llegir detingudament el discurs cardenalici i li reconec dues perles a les paraules del senyor cardenal de la terra de les falles.

Primera perla: "Frente a los que pretenden construir una sociedad al margen de Dios, lejos de su compañía, hemos de confiar en el Señor". Encara que hom no sigui diplomàtic se li entén tot.

Segona perla: "La historia de España quedará siempre unida al nombre, a la figura y al Magisterio del Santo Padre Benedicto XVI." Aquesta val com aproximació al que deia abans de "catòlic=espanyol".

Però reitero que dec estar una mica deformat i encara n'espero de més grosses d'alguns prohoms de la nostra estimada i soferta Església catòlica que peregrina per les terres d'Espanya.

Anònim ha dit...

Doneu al Cesar lo que es del Cesar i a Deu lo que es de Deu,va di Jesùs.¡Perque la fe ha de tindra que veure amb el poder i la politica?.Desde aquella frase a transcorregut molt temps,pero no sen fa el us que Jesùs voldria.